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De qué duro metal,
Tú tienes hecho el corazón,
Que arrancas de un tirón,
Mis esperanzas
De pronto y sin señal,
Tú cambias como un camaleón
Me juras con pasión, que sí me amas.
Soy pez en el anzuelo de tus antojos
Me ahogo en el mar revuelto de tus ojos
Torturándome, con tu vacilación
Sosegándome, cuando me das calor
Adicto a tu voz,
Y al vicio de tus brazos
Cautivo en la red, de tu amor,
Por retazos
Desangrándome, con tu absurdo temor
Mendigando tus migajas de amor
Amor siempre me dejas en el umbral
Hoy me das una de arena,
Y mañana una de cal.
Amor siempre me dejas en el umbral
Pues no me cierras la puerta,
Más no me dejas entrar.
Amor siempre me dejas en el umbral
Cómo puedes dar hoy miel,
Y mañana darme sal
Amor siempre me dejas en el umbral
Pues no me cierras la puerta,
Más no me dejas entrar.
Una de arena, y una de cal
Me desesperas, dejándome en el umbral.
Debes tener la sangre muy fría,
Y el corazón de metal.
Una de arena, y una de cal
Me desesperas, dejándome en el umbral.
Por qué juegas con mi amor,
Y yo me presto para jugar
Una de arena, y una de cal
Me desesperas, dejándome en el umbral.
Adicto a tus besos, y tu amor por retazos,
Es lo único que me das.
Una de arena, y una de cal
Me desesperas, dejándome en el umbral.
Lo mismo me das azúcar,
Que a mis heridas le pones la sal.
Una de arena, y una de cal
Me desesperas, dejándome en el umbral.
De raíz, de raíz, me arrancas las esperanzas
Yo no sé ni qué pensar.
Una de arena, y una de cal
Me desesperas, dejándome en el umbral.
Luego dices que me amas,
De la noche a la mañana, todo sigue igual.
Una de arena, y una de cal
Me desesperas, dejándome en el umbral.
Azúcar y sal, arena y cal.
Amor siempre me dejas en el umbral
Hoy me das una de arena,
Y mañana una de cal.
Amor siempre me dejas en el umbral
Pues no me cierras la puerta,
Más no me dejas entrar.