La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Puedo sentir un olor suave en el aire
Puedo oír cada vez más cerca
Y sé que va a llegar
Los cielos anunciaron
Aguas vivas vienen a regar mi corazón
Yo estoy sediento
Derrama sobre mí tu lluvia
Tu lluvia,tu lluvia
Tu lluvia,tu lluvia
Los cielos anunciaron
Aguas vivas vienen a regar esta nación
Tu pueblo está sediento
Ven sobre nosotros tu lluvia
Me voy a mojar, quiero bailar
No me voy a esconder, quiero beber
Aguas de restauración y consuelo
Derrama sobre mí tu lluvia
Ven sobre nosotros tu lluvia
Me voy a mojar, quiero bailar
No me voy a esconder, quiero beber
Aguas de restauración y consuelo
Derrama sobre mí tu lluvia.