La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Voy caminando sobre el mar
Siento tu voz que me habla desde el mas allá
Y puedo sonreír
Me gusta estar aquí
Es hora de dar vueltas
Y olvidarnos de vivir
Sin nada que nos pueda reprimir
Y ensordecer
Bailando al son del viento
Que roza nuestras mejillas
Voy caminando sobre el mar
Mil almas corren a refugiarse
Antes que caiga en ellas la noche
Te veo sonreír
Tranquila al fin
Invítame a quedarme
De aquí no quiero salir
No hay nada que nos pueda reprimir
Ni entorpecer
Bailando al son del viento
Que roza nuestras mejillas
Sin nada que nos pueda reprimir
Y ensordecer
Bailando al son del viento
Que roza nuestras mejillas
(Bailando al son)
Mejillas, ahhh
(Del viento que
Roza nuestras mejillas)
Mejillas