La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Souvenir, souvenir mi deseo es tener
algún recuerdo de ti sea lo que me quieras dar
tu zapato roto y viejo, de tu pelo un mechón
un calcetín agujerado yo sé que me hará feliz
Souvenir, souvenir tu peine sin dientes ya
el retrato chispa aquel cuando bailaste el primer vals
aquel descolorido traje el que fue de tu papá
guardadito lo tendré para acordarme yo de ti
Souvenir, souvenir insisto en un souvenir
soy tu novia y sabrás mi deseo has de cumplir
te rasuras el bigote y lo guardas ya
lo guardarás tú para mí aunque se enoje tu mamá
Souvenir, souvenir de ti quiero un souvenir
mi capricho es conservar todo lo que sea de ti
tu corbata deshilachada o una canción desafinada
serán recuerdos para mí que me harán muy feliz
serán recuerdos para mí que me harán muy feliz